Las 12 principales causas subyacentes del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) y cómo combatirlas.
El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, o simplemente SIBO, es un trastorno que ha ido ganando gran interés entre la comunidad médica recientemente, especialmente porque ha creado mucha polémica y polaridad. Sin embargo, tras innumerables estudios y debates, los especialistas en la búsqueda de las causas subyacentes del SIBO finalmente pudieron ponerse de acuerdo en algo que los sorprendió:
El sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado afecta al 20 % de la población mundial.
Para entender lo que es el SIBO, lo primero es comprender cómo funciona el intestino. El intestino está poblado por una enorme cantidad de bacterias, ¡lo que puede ser normal! De hecho, tenemos bacterias tanto beneficiosas como perjudiciales (buenas y malas).
Las bacterias buenas protegen el sistema inmunológico, optimizan el metabolismo y favorecen la digestión.
El problema comienza cuando hay un exceso de bacterias.
El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) es un trastorno de salud que se caracteriza por una sobrepoblación de bacterias en el intestino.
El SIBO puede causar:
Aumento de los gases e hinchazón.
Diarrea.
Mala digestión.
Desnutrición.
Dolor abdominal y malestar gastrointestinal.
Indigestión
Gases y flatulencias
Intolerancia a la lactosa
Absorción de los nutrientes deficiente
Desequilibrio de la flora intestinal.
Y mucho más.
¿Has experimentado alguno de estos síntomas alguna vez? Si es así, sigue leyendo.
#1 - Una dieta poco saludable es una de las principales causas subyacentes del SIBO
Ya que estamos hablando de una enfermedad gastrointestinal, no cabe duda de que una de las principales causas subyacentes del SIBO tiene que ver precisamente con el régimen alimenticio.
Sin entrar a discutir la máxima «somos lo que comemos», es un hecho que no solo nos alimentamos para obtener energía, sino también para nutrir la microbiota.
En consecuencia, lo que ingerimos afecta directamente el crecimiento de las bacterias que habitan en nuestro organismo.
Ciertos alimentos, a saber: granos, azúcar, lácteos o productos ultraprocesados y el consumo excesivo de alimentos saludables como verduras crudas y frutas —que son ricas en fibra o fructosa—, así como los alimentos fermentados, pueden causar una excesiva fermentación en el intestino.
Por lo tanto, un elevado consumo de estos alimentos podría causar un gran daño a la flora o microbioma intestinal de algunas personas.
¿QUÉ PUEDE HACERSE AL RESPECTO?
DIGESTION de HERBOXA® contiene ingredientes patentados y de eficacia clínicamente probada que pueden descomponer los diferentes tipos de alimentos «pesados» para facilitar su digestión. Incluye una mezcla de enzimas digestivas que favorecen la digestión y contribuyen a una mejor absorción de los alimentos que ingerimos.
Tomar enzimas adicionales contribuye a un mejor funcionamiento del estómago, especialmente en caso de malestar estomacal.
Estas enzimas ayudan a descomponer los alimentos adecuadamente, mantener el estómago sano, estimular el sistema inmunológico y mantener un buen estado físico. Para el organismo, es muy importante la administración de la cantidad correcta de estas enzimas.
#2 - Abuso del alcohol
Continuando con lo que consumimos a diario, no debería ser una sorpresa que el abuso del alcohol también esté en esta lista. Aunque es bien sabido que el hígado metaboliza el alcohol, no significa que este no afecte al resto de los órganos del sistema digestivo. ¡Y el intestino no es una excepción!
De hecho, el alcohol no solo aumenta la inflamación y la irritación del intestino (causando dolor y molestias importantes), sino que también puede aumentar la permeabilidad intestinal, lo que compromete la absorción de los nutrientes. Una ingesta elevada y frecuente de bebidas alcohólicas puede alterar la composición de la microbiota y, en consecuencia, su función de por vida.
#3 - Trastornos del sueño
Debido a nuestro agitado ritmo de vida, tendemos a sacrificar horas de sueño para mantenernos al día con todo lo que tenemos que hacer. Sin embargo, no debemos olvidar lo crucial que es tener una buena noche de sueño reparador a diario. La duración y la calidad de nuestro sueño afectan enormemente el funcionamiento de nuestro organismo, lo que incluye los ciclos hormonales, la curación y la regeneración de los tejidos e, incluso, la digestión.
Cuando se trata del SIBO, ¡el buen descanso es clave para prevenirlo! No dormir lo suficiente puede «interrumpir» estos ciclos, retrasando la digestión y la absorción de los nutrientes, además de causar una inflamación constante en el tracto intestinal. En el peor de los casos, cuando el trastorno del sueño es constante puede dar lugar a disfunciones digestivas crónicas.
#4 - Falta de ejercicio
Parece haber un consenso unánime en lo que respecta a cuáles son los 3 pilares principales para la consecución de un estilo de vida saludable:
Buenos hábitos alimenticios.
Buena calidad de sueño.
El ejercicio regular.
Ninguno de ellos es eficaz en ausencia de los otros. Habiendo ya discutido los dos primeros, es hora de hablar de la importancia de hacer ejercicio y las consecuencias de no hacerlo.
Si consideramos que los alimentos son nuestra «fuente de energía», entonces es necesario utilizarlos adecuadamente. Al hacer ejercicio, nuestro cuerpo no solo encuentra una manera eficaz de usar la energía, sino que también tiene un efecto positivo en el metabolismo, la digestión, la absorción de los nutrientes y los ciclos hormonales.
En otras palabras, ¡no hay nada como el ejercicio para regular el funcionamiento integral del organismo! La falta de ejercicio puede lentificar todo el organismo e, incluso, propiciar el desarrollo de enfermedades crónicas debido a la inutilización de la «energía».
#5 - Estrés crónico
¡Sí! El estrés es, una vez más, es una de las causas subyacentes del SIBO. A estas alturas, no debería sorprender a nadie. No obstante, estamos tan acostumbrados a ello que simplemente tendemos a ignorarlo. Dado que «el estrés está en el aire», ¡no debe subestimarse su poder!
En una situación estresante, las hormonas del estrés aumentan como una respuesta natural del organismo. Sin embargo, el estrés crónico también significa la exposición constante a los aumentos hormonales, algo realmente perjudicial para el funcionamiento normal de nuestro intestino.
La afamada «conexión intestino-cerebro» responde automáticamente a estas hormonas, causando inflamación, irritación, calambres abdominales e, incluso, diarrea. En la actualidad, es bien sabida la tan estrecha relación entre el sistema digestivo y los sentimientos.
#6 - Cambios hormonales
Las hormonas intervienen en la actividad orgánica de tanto hombres como mujeres. Sin embargo, dado que las mujeres tienen un ciclo hormonal más complejo, son más propensas a sufrir trastornos hormonales. La menstruación, la gravidez, el posparto y la menopausia son solo algunos de los muchos ciclos que la mayoría de las mujeres deben enfrentar a lo largo de su vida.
Lo creas o no, estos cambios hormonales afectan enormemente el sistema digestivo de las mujeres. ¿Te has percatado de que las mujeres tienden a sufrir más de problemas gastrointestinales que los hombres? ¿En algún momento, te has preguntado por qué?
A pesar de que es necesario profundizar aún más en este tema, los especialistas han descubierto que hay una conexión directa entre las concentraciones de la progesterona y los estrógenos —que varían a lo largo de cada ciclo— y el sistema digestivo.
Estas hormonas afectan significativamente:
La digestión y el tránsito intestinal.
La inflamación (causada por los gases).
El umbral de dolor.
Estos síntomas y trastornos no solo afectan a cada mujer de manera diferente, sino que también varían en función de la etapa de cada ciclo. Por ejemplo, algunas mujeres pueden experimentar hinchazón una semana antes de su período, tener diarrea durante la menstruación y sufrir de estreñimiento finalizado el periodo. En estos casos, donde los cambios hormonales son inevitables y los síntomas parecen bastante irregulares, lo mejor es ajustar el régimen alimenticio y prevenir los alimentos irritantes.
#7 - El envejecimiento
Los ancianos son un grupo demográfico que se ve muy afectado por el SIBO. Sí, la edad avanzada es un factor de riesgo y una causa subyacente del sobrecrecimiento de bacterias en intestino delgado. En general, las personas mayores son más susceptibles a ciertas enfermedades porque sus defensas son vulnerables. Como agravante, este grupo de edad suele tener un sistema inmunológico más débil.
No obstante, esta no es la única razón por la que los ancianos son más propensos a sufrir tal trastorno. La administración regular de numerosos medicamentos fuertes a la que suelen estar sujetas las personas mayores también puede reducir la producción de ácidos gástricos. Además, una medicación excesiva puede lentificar la motilidad del intestino delgado, desequilibrando aún más la función digestiva.
Aunque el desarrollo del SIBO depende de múltiples factores, como el régimen alimenticio, el estilo de vida y la genética, algunos estudios han demostrado que entre el 14,5 % y el 15,6 % de los pacientes de edad avanzada sanos padecen este trastorno. Por lo tanto, es lógico suponer que las personas mayores con trastornos gastrointestinales previos son más propensas al SIBO.
#8 - Las enfermedades crónicas
Hay muchas enfermedades y afecciones crónicas gastrointestinales, inflamatorias y autoinmunes que pueden afectar o, incluso, causar el SIBO. Por ejemplo, la enfermedad de Crohn, la enfermedad celíaca, la cirrosis hepática, las intolerancias alimentarias, las alergias o las sensibilidades, etc.
La primera causa subyacente del sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO) que comentamos al principio de este artículo es un «régimen alimenticio poco saludable». Sin embargo, a la hora de planificar un régimen alimenticio, también es importante tener en cuenta qué alimentos pueden causar molestias o, incluso, dolor.
Algunas de las intolerancias y trastornos más comunes que pueden favorecer o afectar al SIBO son:
#9 - La intolerancia a la lactosa
Las personas intolerantes a la lactosa no deben ingerir ningún producto lácteo, ya que no tienen suficientes enzimas para metabolizar la lactasa. En caso de consumir productos lácteos, estos se descomponen en el colon (dado que no se digieren en el intestino delgado), produciendo hidrógeno adicional.
DIGESTION de Herboxa® contiene la lactasa, una enzima fundamental para descomponer la lactosa (el azúcar de la leche), y es útil para la intolerancia a la lactosa.
#10 - La enfermedad celíaca
Esta enfermedad es un trastorno autoinmune en el que el sistema inmunológico rechaza totalmente el gluten, una proteína que se encuentra en los productos derivados del trigo, el centeno y la cebada, produciendo irritación e inflamación en todo el cuerpo.
Como dato curioso, son muchas las personas que no tienen esta enfermedad y, no obstante, presentan algún tipo de rechazo al gluten o alergia. De hecho, en la actualidad, son cada vez más las personas que se suman a la tendencia «sin de gluten», las dietas autoinmunes o, simplemente, que buscan alternativas para no consumir gluten con miras a prevenir molestias e inflamación.
#11 - Síndrome del intestino irritable (SII)
A diferencia de las otras dos afecciones, el SII se diagnostica basándose en los síntomas, por ejemplo, el dolor abdominal regular y la distensión abdominal, y no en las alergias o las intolerancias. Al igual que la enfermedad de Crohn, las personas que sufren del SII (un 10 % de la población mundial) tienen una alta sensibilidad a los alimentos fermentables y fermentados, lo que altera su regularidad para ir al baño. Dado que esta enfermedad se caracteriza por una gran variación, algunas personas sufren de diarrea crónica, otras padecen de estreñimiento y otras pasan constantemente de un extremo a otro.
#12 - Cirrosis hepática
Los pacientes con cirrosis se encuentran en la etapa final de la hepatitis crónica, una enfermedad grave del hígado. La producción de gases como el hidrógeno y el metano favorece el crecimiento excesivo de las bacterias, aumentando la incidencia del SIBO en pacientes cirróticos hasta en un 47,1 %.
Algunos de los síntomas que todas estas enfermedades suelen tener en común incluyen hinchazón, flatulencia, calambres abdominales, náuseas, acidez estomacal, dolores de cabeza y diarrea. De no tratarse estos trastornos, lo más probable es que el paciente desarrolle el SIBO.
¡Tu intestino supone un universo que deberías CONOCER! Creemos que tomar conciencia de este y asumir su cuidado son la clave para entender lo que ocurre en el organismo con miras a satisfacer sus necesidades. Ahora que, al fin, conoces las 12 causas subyacentes del SIBO, es hora de dar el primer paso y tomar las medidas pertinentes. ¡La buena noticia es que cuentas con apoyo! Para encaminarte y saber por dónde empezar, deberías considerar un suplemento natural.